viernes, enero 29

Amor paltónico

Esta parece ser la entrada número 100 de este blog, contando los borradores no publicados. Otro texto inconcluso que empecé a escribir el 131.08. Dándole mil vueltas, pese a quien le pese, finalmente me animo a publicarlo como una reflexión solo mía que no pretende ser una opinión ni mucho menos algo sobre lo que esté totalmente de acuerdo conmigo mismo ¿ok?.

Mucha gente se enamora de la primera impresión, generalmente de un ser que no existe, de un ideal de persona, de ese poco que se hace un todo repleto de risas tontas y jueguitos sin sentido. El enamoramiento quizas empieza siendo platónico, con ideas ideales sobre la persona que provoca ese inicial gustito.

Pero, ¿cómo es que una persona puede volverse lo más importante en tu vida si pudiste vivirla sin ella hasta ese segundo maldito en que te la cruzaste? ¿Cómo un bicho insignificante, en este universo sobrepoblado, puede hacer de tu vida la aventura mas increible o la desdicha mas terrible? ¿Difícil de entender? ¿Es acaso esa soledad que muere por ser compartida? Esa estúpida química que hace que tu cerebro se regordee de anfetaminas, cerotoninas, mielinas, y todas esas inas que te hacen sentir bien y que ese ser, hasta entonces extraño, se encarga de liberarlas con sus caricias y besos. Y aún menos entiendo como permitimos que nos hagan daño y nos permitimos hacerlo.

Al principio es una cura a esas largas horas vagando por calles y veredas contando nuestros pasos y creyéndonos el cuento de que todo pasa por algo... cuando el tiempo es lo único que se nos pasa. Luego una mirada por ahi, una sonrisa traviesa, un hola tal vez, suficiente para hacer que el corazón salte, pero... ¿por qué? Hay muchas sonrisas en el mundo más traviesas, miradas miles y de que ¡forma! Pero esta, justo esta te hace caer y te enferma y es má te gusta estar enfermo. Todo bien al principio, corazón, todo bien. Nos entendemos de maravilla, ya ni pensar se necesita y de pronto descubres que es un ser humano y como tal no tiene virtudes.

Todos engañamos sin pretender. Nos vestimos el alma de dicha y dibujamos en nuestros ojos miradas tiernas de cazador buscando presa para terminar siéndola. Previo al primer beso, en quizás fingida transparencia, nos encontramos con buenos escuchas, comprensivas amigas o amigos que se identifican con todo tu dolor aunque en el fondo ni sepan de que se trata. Así, el corazón se abre y cae, lentamente, hacia su (des)gracia.

miércoles, enero 27

la palabra al final del minuto

En un jardín
de rosas inventadas
abrazado a tu perfume
me siento a esperar
tus pasos

Repaso en mi memoria
tus risas encendidas
colmando el aire
de alegría
no contenida

Dejo de castigar
mis ojos
con la lectura
de tus letras
pasadas

Y te veo, a lo lejos
buscando mis huellas
en el camino
que jamás
recorrimos

113.25

viernes, enero 22

sin permiso

De la rabia,
a caer en el vacío
de las palabras muertas
en el infinito dolor
que provocan

De la felicidad intensa
a las caricias muertas
en el infinito calor
de horas sin venir

Despacio,
casi un susurro
tu voz me llega
sin conocerla

Despacio,
sin un hola
sin caras ni presencias
lento algo se cuela

Sin permiso
abro la puerta
a lo lejos
no notas mi presencia

Tibio andar,
desvela tu alma
confieso...
tu dolor ahora es mío...

sm 1111.24

viernes, enero 15

cuando las fotos eran fotos


Fotos del siglo pasado realizadas en tomas de exposición larga con efectos directamente en el negativo sin mas ayuda que la ampliación en un papel de contraste variable.



Cuando el photoshop era solo un rumor

lunes, enero 11

Efecto Calabaza

La exposición prolongada, entre 3 y 5 horas , a amigos de clase A provoca el "efecto calabaza" un virus mental sumamente contagioso que comienza con un "o sea" y se agrava con un "manya" para terminar con un crítico "¿ah?" cuando las neuronas caen en shock al no tener información que procesar y entran en hibernación. Se cura provocando ataques de pensamiento o vomitos mentales de duración indeterminada pero, ojo, puede tener efectos secundarios no deseables como tics nerviosos y delirio de grandeza por lo que lo más recomendable es la prevención. Si es inevitable una reunión virulenta lo ideal es llevar un manual de primeros auxilios y cada 10 o 15 min leer y memorizar un párrafo, de lo contrario decir a los concurrentes algo lo suficientemente estúpido como para que les parezca inteligente y por un rato traten de descifrar el insulto mental que les propinó, asi su cerebro se entendrá ideando nuevas maneras de protegerse contra el virus. (Extraído de el diario de un soldado rehabilitado que devino en malvado)

sm 111.210