viernes, octubre 22

aquellos tiempos

En la radio suenan los Enanitos Verdes, con esa casi mítica canción "Cada vez que digo adios". Retrocedo a 1989, lugar mi casa, la radiola, aún funcionando, un micro sirve de medio para cantarla de a dúo con Nayo, mi primo. En ese entonces lo importante era cantar, la letra en si no tenia la fuerza emotiva de los años por venir. La grabación aun la conservo, aunque ya no se escucha tan bien.

En aquellos días visitaba muy a menudo a mi primo, estábamos en el colegio e invariablemente los viernes iba a su casa a jugar, primero lo hacia a pie y luego en bicicleta. Una de aquellas tardes se nos dió por hacer programas de radio en el equipo de mi abuelo. Eran ejercicios de improvisación ambos hablábamos cosas sin mucho sentido y nos poníamos a cantar canciones de la radio. Eran momentos realmente mágicos aquellos. De los cassetes que grabamos en su casa no se cual seria su destino final. Pero realmente nos divertimos. Tanto que las pocas veces que él iba a mi casa hacíamos lo mismo. Todo esto es lo que una simple canción puede evocar. ¿Nostalgia? No creo, mas bien es una tierna sonrisa la que asoma entre las comisuras de mis labios al traer a mi mente aquellos momentos que creemos olvidados.

Y me voy dando cuenta de que las cosas van cambiando, aunque ese cambio no lo percibamos de inmediato, vamos cambiando, para bien, para mal, pero no nos quedamos estáticos en el tiempo. Lo único que tal vez permanezca igual sean las pistas y veredas que recorremos cuando niños; aquellas que pisamos miles de veces sin darnos cuenta y que quedan allí esperando ser pisadas nuevamente, pero esta vez ya no con pies ágiles, sino más bien cargados con el enorme peso de la experiencia.

Voy a detenerme aquí, a tomar aire en este, instante de confrontación. Voy a detenerme para no quedarme por mas tiempo así. Ya es tiempo de ir en busca de lo que se me quedo. Una sonrisa semitriste asoma ahora, unas lágrimas delgadas como el viento se dejan ver. Y una alegría refugiada en el tiempo se me cuela dentro...

SM 59.99

Pd: En 1999 a mi primo casi no lo veía. Hoy solo se que vive en alguna parte de Lima. No fui a su matrimonio, no conozco a su esposa ni su casa, no se si tiene hijos. Tan solo somos unos extraños conocidos viviendo en la misma ciudad

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Es increible cuando uno encuentra a alguien con quien compartir esas cosas, sin miedo, sin posturas, simplemente ser feliz sin mirar al costado, ser uno mismo sin saber como se es, disfrutar de oir y ser oido, la vida a veces nos quita a esas personas que encontramos en el camino, pero no es dificil recuperarlas cuando esas personas estan en tu planeta, en tu lugar...una llamada una visita puede recuperar una amistad olvidada... una estima dormida recuperar un tiempo perdido aunque ya no sean los de antes...-

Adry dijo...

Hola, he venido a mi cita... no se si puntual...

Solo podría decir que nunca es tarde para los reencuentros, para las búsquedas, para la reflexión... no es tarde mientras el aire le de vida a tus pulmones...a tu sangre, a tu cuerpo... al ser mítico que describes en tu perfil....