viernes, octubre 22

...

Ayer se fue. La quise retener, la sujeté con fuerza hasta casi lastimarla, forcejeamos buen rato hasta que miré en sus ojos reflejada la tristeza de los mios mezclada con ese sentimiento de sentirse fuera de lugar. La tuve que soltar. Le prometí, como muchas otras veces, que cambiaría, que era la única, que no había nadie más. No me creyó. Empacó lo poco que trajo, me dió la espalda y desapareció. Ahora amanecí mas sólo que de costumbre, tanto que mi soledad ayer se fue. Me dejó.

3 comentarios :

Conciencia Personal dijo...

La soledad la sustituye un buen libro, no una mujer....

Monique.

Octavia dijo...

algun dia se tienen que ir...

Anónimo dijo...

No tengo palabras para decirte nada me dejastes muda.........sinceramente estoy con mucha tristeza al leer todo éste texto......